¿QUE ES LA FIBROMIALGIA?
¿QUE ES LA FIBROMIALGIA ?
La fibromialgia (FM) es un término acuñado en 1976
del latín “fibra”, que se refiere al tejido conjuntivo, del griego “mio”, que
significa músculo y “algia” que es dolor.
Se refiere a un grupo de síntomas y trastornos
músculo- esqueléticos que se caracteriza fundamentalmente por cansancio, dolor
persistente, rigidez de intensidad variable de los músculos, tendones y tejido
blando circundante, y un amplio rango de otros síntomas psicológicos, como
dificultades para dormir, rigidez matutina, dolores de cabeza y problemas con
el pensamiento y la memoria, algunas veces llamados «lagunas mentales», que
suelen impedir el funcionamiento rutinario del sujeto. Es un trastorno no
contagioso presente en aproximadamente entre el 3 y el 6 por ciento de las
mujeres jóvenes, comúnmente entre los 20 y los 50 años de edad.
La fibromialgia está considerada un diagnóstico
controvertido, y algunos autores afirman que no debe considerarse como una
enfermedad, debido a la falta de anormalidades en el examen físico, en los
exámenes de laboratorio objetivos o estudios de imágenes médicas para confirmar
el diagnóstico. Aunque históricamente ha sido considerada un trastorno
musculoesquelético y neuropsiquiátrico, las evidencias de investigaciones
realizadas en las últimas tres décadas han puesto de manifiesto alteraciones en
el sistema nervioso central que afectan a regiones del cerebro que podrían
estar vinculadas tanto a los síntomas clínicos como a fenómenos descubiertos
durante investigaciones clínicas. Aunque todavía no existe una cura
universalmente aceptada para la fibromialgia, hay tratamientos que han
demostrado durante ensayos clínicos controlados ser eficaces en la reducción de
los síntomas como la educación del paciente, el ejercicio, las terapias conductuales
y el consumo de ciertos fármacos.
Reseña historica:
La primera descripción parece haber sido la del
británico sir Richard Manningham en su publicación de febrícula o fiebre baja y
fatiga, citando descripciones similares a las hechas por Hipócrates. En 1869 el
médico estadounidense George M. Beard escribió un libro llamado «American
Nervousness» utilizando el término de neurastenia, aplicado a las personas que
presentaban pérdida de fortaleza, fatiga o cansancio de manera crónica. En 1843
el anatomista Robert R. Froriep describió una asociación entre reumatismo y
puntos dolorosos de músculos rígidos: Musckelschwiele.
Epidemiología:
Se sabe que la fibromialgia afecta más a mujeres que
a hombres en una proporción de 9~10:1, y que podría afectar a un 3-6% de la
población general. Se observa mayoritariamente entre los 20 y los 50 años de
edad, aunque existen casos de niños y ancianos aquejados de esta enfermedad.
Entre 10 y 20% de los ingresos a clínicas especializadas en reumatología
reciben el diagnóstico de fibromialgia, sin embargo se estima que alrededor del
90% de quienes deberían enmarcarse en un cuadro de fibromialgia permanecen sin
diagnóstico, ya sea por desconocimiento del personal sanitario acerca de la
misma o porque muchos profesionales de éstos no la reconocen como enfermedad.
Las personas con artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunes tienden
particularmente a desarrollar fibromialgia.
Etiología:
Aunque las causas aún no han sido bien aclaradas, se
piensa que puede estar causada o agravada por estrés físico o mental,
traumatismo físico, exposición excesiva a humedad o frío, sueño deficiente o
padecer una enfermedad reumática. Muchos de los casos empiezan después de
hechos puntuales, como infecciones víricas o bacterianas, accidentes de
automóvil, etc. La fibromialgia también puede aparecer sin ningún factor
predisponente.
Han podido integrarse, así, teorías que abarcan las
diferentes y complejas relaciones entre los mecanismos de sueño-vigilia
(trastornos del ritmo circadiano), el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, los
centros de procesamiento de las vías del dolor (fenómenos de sensibilización
central y periférica del dolor) y el sistema nervioso autónomo (alteraciones en
el tono autonómico o simpático-vagal: hiperreactividad simpática sostenida con
hiporreactividad simpática ante el estrés).
Muchos supuestos casos de fibromialgia son debidos a
la infección por Borrelia Burdogferi, espiroqueta que cause la enfermedad de
Lyme. Esta enfermedad causa síntomas sistémicos como cansancio extremo,
erupciones en la piel, ataques gripales, fiebre y sudoración, síntomas
reumatológicos y neurológicos entre muchos otros. Países como Estados Unidos
registran 300.000 casos al año de esta enfermedad emergente, difícil de
diagnosticar y con una gran controversia acerca del tratamiento que debe
seguirse para su
curación.
Algunas hipótesis apuntan hacia una predisposición
genética, pues la fibromialgia es 8 veces más frecuente entre miembros de la
misma familia, destacando especialmente las investigaciones sobre el gen COMT
que codifica la enzima catecol O-metiltransferasa en la vía de las
catecolaminas, así como genes relacionados con la serotonina y la sustancia P.
En muchos casos, los pacientes con fibromialgia presentan bajos niveles del
metabolito de la serotonina, el ácido 5-hidroxindolacético (5-HIAA), así como
de triptófano (neurotransmisores encargados de la regulación del impulso
nervioso) y elevados niveles de la sustancia P en el líquido cefalorraquídeo. También se ha hallado un bajo nivel de flujo
sanguíneo a nivel de la región del tálamo del cerebro, y anormalidades en la
función de las citocinas. Sin embargo, estas no son variaciones presentes
exclusivamente en fibromialgia, pues se han encontrado patrones similares en
otras enfermedades, incluyendo el síndrome de fatiga crónica, el síndrome del
intestino irritable y la misma depresión.
Otros estudios han encontrado elevados niveles de
anticuerpos antipolímero en pacientes con fibromialgia, lo que podría indicar
que se trata de una enfermedad autoinmune.
Factores psicosomáticos:
La ansiedad y la depresión producidas por
alteraciones emocionales (separación matrimonial, problemas con los hijos,
pérdida de empleo, fracaso profesional, etc.) y la tristeza que se producen
como reacción al malestar continuado que provoca la enfermedad también podrían
ser factores desencadenantes de este problema de salud. En un 62% de los
pacientes en un estudio con diagnóstico de fibromialgia demostraron tener
trastornos psíquicos relevantes que requerían tratamiento profesional, mientras
que entre los pacientes con el diagnóstico de artritis reumatoide, tenían una
prevalencia de trastornos psíquicos de un 28,6%.
Un número de investigaciones han demostrado que el
estrés es un importante factor predisponente en el desarrollo de la
fibromialgia. En consecuencia, se ha propuesto que la fibromialgia sea el
resultado de cambios inducidos por el estrés en la función e integridad del
hipocampo. Esta propuesta se basa en parte en observaciones de estudios
preclínicos en primates no humanos en que la exposición a coacción psicosocial
resulta en cambios a los tejidos del cerebro, incluyendo cambios atróficos y
cambios metabólicos en el complejo del hipocampo. Las pruebas que apoyan esta
hipótesis se han generado fundamentalmente de dos estudios que utilizaron
espectroscopia por resonancia magnética de voxel simple o monovóxel (1H-MRS)
para demostrar alteraciones metabólicas en el complejo del hipocampo en
pacientes con fibromialgia con correlaciones significativas entre las
alteraciones metabólicas del hipocampo y la gravedad de los síntomas clínicos.
Para algunos autores la verdadera Fibromialgia, es la
que se da en los afectados con un claro incremento de la sensibilidad al dolor
, sin que haya trastorno psiquiátrico o psicológico añadido.
Trastornos del sueño:
Dentro de las teorías actuales sobre la patogénesis
de la fibromialgia se encuentran las alteraciones en la arquitectura del sueño
(una polisomnografía caracterizada por sueño fragmentado, disminución de las
fases profundas del sueño No Rem, entre otras), alteraciones en el
funcionamiento del sistema nervioso autónomo (disautonomía) y fenómenos de
procesamiento anormal del dolor (sensibilización al dolor).
Estudios de electroencefalografía (EEG) han
demostrado que pacientes con fibromialgia, presentan intrusiones en el sueño de
onda lenta y que las circunstancias que interfieren con la etapa cuatro del
sueño, tales como el dolor, la depresión, la deficiencia de serotonina, ciertos
medicamentos o la ansiedad, pueden causar o empeorar el trastorno. De acuerdo
con la hipótesis de la alteración del sueño, un acontecimiento como un
traumatismo o una enfermedad causa trastornos del sueño de tal manera que
inicie el dolor crónico que caracteriza a la fibromialgia. La hipótesis supone
que la etapa cuatro del sueño es fundamental para la función del sistema
nervioso mediado por la serotonina y el triptófano, ya que es durante esta
fase, que algunos procesos neuroquímicos en el cuerpo se
"restablecen". En particular, el dolor provoca la liberación del neuropéptido
sustancia P en la médula espinal, que tiene un efecto amplificador del dolor y
causando que los nervios próximos a aquellos que inician el estímulo se vuelvan
más sensibles al dolor. La teoría entoces supone que la falta de sueño, por
cualquier motivo, puede convertirse en una fuente de inicio de la enfermedad y
sus síntomas. El estrés también puede causar zonas enrojecidas en la cara.
Factores ambientales:
Otras hipótesis han propuesto que la fibromialgia
puede producirse debido a factores ambientales. Es posible que por contacto
ocasione una reacción alérgica a metales, bien sea por una restauración dental,
prótesis metálicas, cosméticos, tatuajes, joyas y piercings o vacunas y
tratamientos con sales.
Otras hipótesis han propuesto que la fibromialgia
puede producirse debido a factores ambientales. Es posible que por contacto
ocasione una reacción alérgica a metales,
bien sea por una restauración dental, prótesis metálicas, cosméticos,
tatuajes, joyas y piercings o vacunas y tratamientos con sales metálicas.
Existen estudios realizados en pacientes con
alergias a metales quienes, al eliminar la fuente de metal, han mejorado e incluso otros en los que la fibromialgia desaparece. Además, se han encontrado alteraciones ultraestructurales en biopsias de músculo, estudiadas al microscopio electrónico, en dichos pacientes.
alergias a metales quienes, al eliminar la fuente de metal, han mejorado e incluso otros en los que la fibromialgia desaparece. Además, se han encontrado alteraciones ultraestructurales en biopsias de músculo, estudiadas al microscopio electrónico, en dichos pacientes.
Existen descripciones de casos de fibromialgia en los
que las manifestaciones clínicas coinciden con las de una infección viral, como
el Epstein-Barr o bacteriana (por ejemplo, la enfermedad de Lyme) que conlleve
a una reacción inmune aberrante. Sin embargo, aún no se ha podido establecer
una correlación bien definida entre los síntomas y alguno de estos problemas de
salud.
En ocasiones aparece después de tener enfermedades que debilitan el
organismo, tales como artritis reumatoide y lupus eritematoso sistémico, aunque
todo esto no parece que sea la causa propiamente dicha, sino una circunstancia
que despierta una anomalía oculta en la regulación de la capacidad de respuesta
del organismo ante determinados estímulos dolorosos.
Patogenia:
Durante mucho tiempo se ha asignado erróneamente a la
fibromialgia el carácter de enfermedad psicológica o psicosomática a tal punto
que se le denominaba reumatismo psicogénico. Sin embargo, estudios de
resonancia magnética realizados en pacientes con este problemas de salud han
permitido comprobar que los dolores se expresan como estimulaciones de baja
intensidad—a diferencia de las personas sanas—de las áreas del cerebro
responsables del dolor, como la corteza somatosensorial primaria y secundaria
somatosensorial, la corteza prefrontal, el lóbulo parietal inferior, la corteza
cingular anterior, la Ínsula, los ganglios basales, el putamen y el cerebelo. Es
probable que ese bajo umbral de tolerancia al dolor cause que el paciente con
fibromialgia presente hiperestesia, un estado de dolor excesivo a la presión y
otros estímulos.
De todos modos continúa el debate respecto a si la
fibromialgia es una enfermedad en sí misma o si es, en realidad, un conjunto de
síntomas (es decir, un síndrome) correspondiente a enfermedades reumatológicas,
neurológicas o inmunológicas, de difícil y costoso diagnóstico o si,
simplemente, se trata de la acentuación de un conjunto de procesos (fatiga,
trastornos del sueño, dolores, etc.) que no constituyen una enfermedad en si
mismos aunque su conjunción genere importantes problemas para la vida normal de
quien los padece. Como muchos de los síntomas son comunes de otros trastornos,
los pacientes con fibromialgia que no reciben un diagnóstico correcto y quienes
no son informados con detalle sobre su enfermedad suele provocárseles un
incómodo y costoso peregrinaje por distintos sistemas y servicios de salud con
la consecuente propuesta de una lista de pruebas paraclínicas y terapias no
específicas, a veces agresivas y con efectos iatrogénicos que empeora el
pronóstico del proceso y vuelve incierto el futuro del paciente.
No se han
detectado alteraciones físicas en los puntos que el paciente afirma dolorosos,
razón por la cual las hipótesis más actuales al respecto de su causa se dirigen
hacia la neurociencia en busca de fenómenos de sensibilización a nivel del
sistema nervioso central y mantenimiento del dolor por alteraciones en las respuestas
de los neuromediadores. Aunque el resultado del examen físico general casi
siempre es normal y las personas tienen un aspecto saludable, un examen
cuidadoso de los músculos de las personas con fibromialgia revela zonas
sensibles al tacto en lugares específicos, llamados puntos hipersensibles.
Estos son áreas del cuerpo que resultan dolorosas cuando se ejerce presión
sobre ellas. La presencia y el patrón de estos puntos característicamente
hipersensibles diferencian la fibromialgia de otras afecciones.
CUADRO CLÍNICO:
Síntomas de la fibromialgia:
Dolor:
El principal elemento caracterizador de la
fibromialgia es el dolor musculoesquelético difuso y generalizado o rigidez
prominente que afecta al menos 3 localizaciones anatómicas por más de 3
meses, sin lo cual no se puede realizar
el diagnóstico del trastorno. El dolor suele ser intenso y en muchas ocasiones
difícil de describir, y en general, empeora con el ejercicio físico intenso, el
frío y el estrés emocional.
Los sitios frecuentes en los cuales se presentan los
síntomas de fibromialgia incluyen la región lumbar (espalda baja), cuello,
tórax y muslos. La alteración de los músculos se refiere a un calambre doloroso
y localizado que en ocasiones se asocia con otros problemas (embarazo, por
ejemplo). En algunos casos se observa espasmo muscular localizado.
Otros síntomas adicionales pueden incluir
incontinencia urinaria, dolor de cabeza, migrañas, movimientos periódicos
anormales de las extremidades (movimientos paroxísticos), en especial de las
piernas (síndrome de pierna de gatillo), dificultad de concentración y
dificultad para recordar cosas (mala memoria); también es frecuente un aumento
de la sensibilidad táctil, resequedad de ojos y boca, zumbidos y campanilleos
en los oídos (acúfenos), alteraciones de la visión (fosfenos) y algunos
síntomas neurológicos de incoordinación motora. Se ha asociado a la enfermedad
de Raynaud como una manifestación clínica de rara presentación durante el curso
de esta enfermedad.
Trastornos psíquicos:
Entre el 70 y el 90% de quienes padecen fibromialgia
refieren también trastornos del sueño, expresados como un sueño no reparador,
ligero e inestable. Se suelen asociar además un grupo heterogéneo de síntomas
incluyendo debilitamiento intenso (adinamia) y hasta incapacitante (astenia),
alteraciones del ritmo intestinal, rigidez en las extremidades superiores o
inferiores, y muy frecuentemente episodios depresivos acompañados de crisis de
ansiedad. Los trastornos del sueño son muy frecuentes en pacientes con dicha
patología. Estos trastornos consisten básicamente en abundantes pesadillas,
sueño no reparador, que puede ser el causante de un trastorno conocido como
hipersomnio diurno, y gran cantidad de descargas dolorosas en los músculos
durante el sueño.
Cansancio y fatiga:
La fatiga en grado extremo está presente en todas las
actividades que realizan las personas con fibromialgia, por lo que sus tareas
cotidianas se ven inevitablemente dificultadas. Dependiendo de la gravedad y de
la variación del grado, este cansancio puede ser desde soportable hasta una
discapacidad casi infranqueable que limita sus tareas tanto en el ámbito
familiar como en el profesional.
Aunada inseparablemente a este cansancio, como causa
que lo aumenta y agrava, está la mala calidad del dormir, que impide a quienes
tienen este padecimiento tener un sueño reparador y, por consiguiente, impedirá
el descanso lo que acentuará el cansancio y la fatiga en el futuro.
DIAGNÓSTICO:
Dada la naturaleza de la fibromialgia, no existen
pruebas de laboratorio disponibles para realizar el diagnóstico de la misma, de
hecho los resultados de radiografías, análisis de sangre y biopsias musculares
son normales. El diagnóstico es clínico y se establece por exclusión de otras
patologías y por la presencia de síntomas y signos característicos. Para
diagnosticar la fibromialgia, el médico reumatólogo debe valorar la historia
clínica del enfermo, así como los síntomas, estudios y análisis. El diagnóstico
es diferencial y deberán descartarse otros padecimientos con síntomas similares
a los de la fibromialgia. La fibromialgia se confunde frecuentemente con otros
padecimientos reumáticos diferentes, como el lupus eritematoso, artritis
reumatoide, espondiloartropatías, la artrosis, el síndrome de fatiga crónica,
la deficiencia de vitamina D o de vitamina B12, la polimialgia reumática o el
síndrome de Sjögren, y enfermedades neurológicas (mielitis transversa,
esclerosis múltiple, polineuropatías periféricas). Por consiguiente, el
diagnóstico diferencial resulta fundamental para el futuro del paciente, pues
tanto el enfoque diagnóstico como pronóstico e incluso terapéutico son
diferentes para cada padecimiento.
Para ello, es imprescindible realizar SPECT o mapeo
cerebral, tomografía, resonancia magnética, estudio eléctrico en los miembros (velocidad
de conducción y electromiograma), potenciales evocados, análisis de sangre
(VCR, PCR, factor reumatoideo, anticuerpo antinucleares). Luego de descartadas
otras enfermedades, se comprueba la existencia de los denominados tender
points, que no es lo mismo que los puntos gatillo o trigger points del síndrome
miofascial. Existen un total de 18 puntos. Se considera que puede haber una
fibromialgia cuando, al aplicar una presión de cuatro kilográmos sobre dichos
puntos, el paciente reporta dolor en 11 ó más de ellos. Esta técnica fue
desarrollada por el American College of Rheumatology.
Estos puntos se encuentran repartidos por todo el
cuerpo: rodillas, hombros, cuello, glúteos, codos, cadera, etc. En todo caso,
este criterio fue inicialmente adoptado como forma de "definición de
caso", razón por la cual el diagnóstico requiere de una evaluación
minuciosa por parte de un médico especializado en enfermedades reumáticas
(reumatólogo).
TRATAMIENTO:
La fibromialgia puede ser difícil de tratar y se
suele tener mejores resultados si el tratamiento es manejado por médicos de
varias disciplinas familiarizados con esta condición y su tratamiento, una
aproximación denominada tratamiento multidisciplinario. Algunas especialistas
involucrados en el tratamiento de la fibromialgia incluyen médicos de cabecera,
internistas generales, reumatólogos, fisioterapeuta, entre otros. Algunas
ciudades de gran tamaño cuentan con clínicas para el dolor o una clínica
especializada en reumatología donde se puede obtener tratamiento específico
para la fibromialgia.
Se ha de tener en cuenta que mucha gente afectada por
la fibromialgia ha estado parte de su vida yendo de un médico a otro sin saber
qué le pasaba. La educación sanitaria, la información y la comunicación con
otras personas afectadas son una forma importante de terapia. El personalizar
el plan de tratamiento suele ser efectivo para que se adapte a las necesidades
individuales de cada paciente. Algunos pacientes presentan síntomas leves y
necesitan muy poco tratamiento una vez que comprenden el trastorno que padecen
y lo que la empeora. Otras personas, sin embargo, necesitan un programa de
cuidado completo, que incluirá medicamentos, ejercicio y entrenamiento acerca
de las técnicas para el manejo del dolor.
Existen serios estudios científicos que hablan de una
técnica con resultados excepcionales, es denominada Estimulación magnética
transcraneal; "Una novedosa forma de estudiar la actividad mental es la
estimulación magnética transcraneal, una técnica que, a través de campos
magnéticos, crea 'interferencias' en el cerebro y tiene efectos directos sobre
las funciones cerebrales. Esta técnica no es peligrosa, y su uso terapéutico
produce mejoría en pacientes depresivos, o con enfermedades neuro-degenerativas
como el Parkinson y la
Fibromialgia , gracias a que regula la producción de los
neurotransmisores que son importantes para que el cerebro controle los
movimientos del cuerpo.
Tratamiento farmacológico:
Los medicamentos antiinflamatorios que se utilizan
para tratar muchas afecciones reumáticas no son útiles para las personas con
fibromialgia, ya que una característica de la misma es que no existen
patologías en los músculos pese a sentir dolor el paciente. Sin embargo, se ha
reportado que dosis moderadas de fármacos antiinflamatorios no esteroideos
(AINEs) o de analgésicos pueden aliviar parte del dolor aunque no se ha
evaluado la extensión del efecto placebo en estos casos, probablemente importante
al tratarse de pacientes con una larga trayectoria de contactos con el sistema
de salud.
Una subcategoría de los AINEs, principalmente los
selectivos en la inhibición de la
COX-2 , también puede proporcionar alivio del dolor, causando
menos efectos secundarios sobre el estómago e intestino que los AINEs
tradicionales. La mayoría de los médicos rechaza recetar calmantes de tipo
narcótico ni tranquilizantes, excepto en los casos más severos de fibromialgia.
Los medicamentos que facilitan el sueño profundo y
relajan los músculos ayudan a descansar a muchas personas que sufren
fibromialgia. Los médicos también recetan medicamentos, conocidos comúnmente
como antidepresivos, para tratar la fibromialgia. Estos fármacos funcionan
elevando el nivel activo de serotonina, de noradrenalina o de ambos en el
cerebro. Los niveles bajos de serotonina no están vinculados únicamente con la
depresión clínica, sino también con los trastornos del sueño asociados con la
fibromialgia. En dosis más bajas que las recetadas para tratar la depresión
profunda, los antidepresivos parecen aliviar el dolor en las personas con
fibromialgia y aumentar, de esta manera, las posibilidades de lograr una noche
de descanso.
Hay tres clases principales de antidepresivos:
antidepresivos tricíclicos, inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina (ISRS) y duales (recaptan varios neurotransmisores). En ocasiones,
también se receta un fármaco llamado ciclobenzaprina (Flexeril, Yurelax),
clasificado como relajante muscular pero similar a los antidepresivos
tricíclicos. En los últimos meses se están llevando a la práctica programas
para verificar la utilidad del tratamiento con antidepresivos ISRN, es decir,
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina.
Aunque muchas personas duermen mejor y se sienten más
cómodas al tomar antidepresivos, la mejoría observada varía ampliamente de una
persona a otra (lo cual plantea de nuevo la posibilidad de que el efecto
placebo esté desempeñando un papel importante). Estos medicamentos pueden tener
efectos secundarios tales como somnolencia diurna, estreñimiento, sequedad de
la boca y aumento del apetito lo que, a su vez, puede generar trastornos
nutricionales. Algunos ISRS o ISRN pueden dificultar el sueño. Estos efectos
secundarios raramente son graves, pero pueden resultar molestos. Algunos
estudios han sugerido que, al combinar los antidepresivos tricíclicos con ISRS,
pueden aumentar los beneficios de cada fármaco, al tiempo que los efectos
secundarios de ambos fármacos se anulan mutuamente.
Recientemente se han realizado estudios para la
utilización con éxito de anticonvulsivos o antiepilépticos; la pregabalina y la
gabapentina se emplean con éxito en el tratamiento del dolor agudo en
enfermedades neurológicas como el síndrome de Guillain-Barré, las
polineuropatías periféricas y la esclerosis múltiple, así como la fibromialgia.
Recientemente se ha publicado una revisión de la Cochrane que concluye que
la Gabapentina
reduce el dolor en un tercio de los pacientes con dolor neuropático. Estos
medicamentos no provocan efectos secundarios adversos sobre el sistema
digestivo (estómago, intestino e hígado). Su principal efecto secundario es el
aumento de peso, que a su vez favorece una mayor fatiga y dolores en ciertos
puntos como rodillas, tobillos, espalda, etc.
Recientemente se han iniciado ensayos clínicos usando
la Terapia
hormonal sustitutiva (estrógenos en parche) en el tratamiento de la
fibromialgia (ante la hipótesis de que un descenso de los niveles plasmáticos
de estrogenos puede condicionar un descenso del umbral del dolor), con pobres
resultados por ahora.
Existen recomendaciones de la hierba de San Juan o
hipérico ya que puede funcionar como los medicamentos antidepresivos, pero con
menos efectos secundarios. La hierba de San Juan, que procede de la flor de una
hierba del mismo nombre, se suele recetar en Europa. Se sabe poco sobre los
efectos a largo plazo producidos por diversas marcas de la hierba de San Juan.
Se debe utilizar con precaución la hierba de San Juan si se están tomando otros
antidepresivos - por posibles interacciones farmacológicas - y se debe
consultar siempre con un especialista, - en particular un médico versado en
fitomedicina - dado que presenta ciertas incompatibilidades con algunos
medicamentos y alimentos.
El tratamiento de la fibromialgia se sustenta en 3
terapias (ejercicio, psicoterapia y fármacos). Se considera que el tratamiento
debe ser multidisciplinario. Existen grupos de investigación sobre esta
enfermedad en España, México y otros países de América Latina.
Tratamientos no farmacológicos:
Es recomendable intentar evitar determinadas terapias
que no han sido sometidas a estudios relevantes, ni evaluadas mediante
criterios independientes y que con frecuencia son presentadas mediante técnicas
de publicidad engañosa.
Algunas de las opciones son masajes, ejercicios
acuáticos y terapia ocupacional, etc. Así también, suplementos alimenticios que
aporten nutrientes celulares y liberen radicales libres del organismo pueden
ayudar en gran manera con los dolores y combatir la enfermedad. Un suplemento
alimenticio muy utilizado es el magnesio. Además, existen estudios recientes
que apuntan que algunas terapias alternativas, como el yoga, pueden aliviar el
dolor causado por la fibromialgia.
TERAPEUTAS EXPERTOS EN LA MATERIA APLICAN VARIOS TIPOS DE
MASAJES A PACIENTES CON FIBROMIALGIA.
Técnica de Alexander:
La técnica de Alexander consiste en un masaje extremadamente
suave que se centra en mejorar la postura y los movimientos a medida que se
libera tensión muscular. Los procesos de pensamiento y los movimientos del
cuerpo del paciente se reciclan en conjunto.
Terapia de Bowen:
Esta técnica de masaje utiliza un toque suave con un
movimiento ondulado sobre los músculos que están desalineados, para volverlos a
su sitio. Los músculos tardan generalmente una semana en responder al tratamiento.
Método de Feldenkrais:
Esta técnica es un trabajo corporal que fortalece la
comunicación entre el cuerpo y el cerebro. Los movimientos son lentos y suaves
y el objetivo es corregir las malas alineaciones posturales.
Drenaje linfático manual:
Esta técnica de masaje "ordeña" los conductos
linfáticos para eliminar las obstrucciones. Este método estimula el sistema
linfático y reduce la tensión y la hinchazón de las zonas doloridas.
Rociar y estirar:
Esta terapia ayuda a que el paciente aprenda a liberar los
músculos tensionados con el uso de un aerosol refrigerante. El aerosol inhibe
la tensión muscular y el terapeuta estira un poco el músculo cada
vez, entre una aplicación de aerosol y la siguiente.
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FUENTE:
- WIKIPEDIA
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¿Tratamiento hiperbárico contra la fibromialgia?
La fibromialgia es una enfermedad que provoca dolores de tipo muscular y que puede estar acompañada por otros trastornos físicos y mentales que incluyen cansancio, deterioro cognitivo, síndrome del intestino irritable y problemas de sueño. Más del 90 por ciento de quienes son diagnosticados con el síndrome son mujeres.
Los científicos todavía no han identificado la causa del síndrome. Se han intentado una serie de tratamientos para aliviar el sufrimiento de los pacientes, desde fármacos a cambios de estilo de vida, pero con éxito limitado.
Quizá la situación pueda mejorar de manera notable gracias a un nuevo tratamiento en una cámara hiperbárica, investigado recientemente por científicos de la Universidad de Tel Aviv, el Centro Sagol de Medicina e Investigación Hiperbáricas adscrito al Centro Médico Assaf Harofeh, y la Universidad Rice en Houston, Texas, esta última institución en Estados Unidos y el resto en Israel.
El equipo del Dr. Shai Efrati, cuya propia madre padece el síndrome, ha llevado a cabo un estudio minucioso del posible nuevo tratamiento. La investigación incluyó un ensayo clínico sobre mujeres diagnosticadas con fibromialgia. Los resultados del ensayo indican que el doloroso trastorno mejoró en cada una de las 48 que completaron dos meses de terapia hiperbárica de oxígeno. Los escaneos cerebrales de las mujeres antes y después del tratamiento respaldan la teoría de que unas anomalías en las áreas del cerebro relacionadas con el dolor podrían ser las responsables del síndrome.
En las cámaras hiperbáricas de oxígeno se expone a los pacientes a oxígeno puro a presiones más altas que las de la atmósfera. Se emplean habitualmente para tratar a pacientes que han sufrido embolias, quemaduras, intoxicación por monóxido de carbono y síndrome de descompresión (que afecta a los buzos), entre muchos otros trastornos.
Se emplearon en el estudio dos cámaras hiperbáricas de 20 asientos en el Centro Sagol de Medicina e Investigación Hiperbáricas en Israel. (Foto: Sagol Center for Hyperbaric Medicine and Research)
Un efecto de la exposición es la introducción de más oxígeno en el torrente sanguíneo del paciente, que lo lleva al cerebro. Las pruebas anteriores conducidas por Efrati permitieron determinar que el tratamiento hiperbárico de oxígeno provoca una neuroplasticidad que lleva a reparar funciones cerebrales que estaban deterioradas de manera crónica, y a una mejor calidad de vida para personas que han sufrido un derrame cerebral o un traumatismo craneoencefálico moderado, incluso años después de la lesión.
Para el ensayo clínico se reclutó a 60 mujeres a las que se les había diagnosticado fibromialgia al menos dos años antes. Doce abandonaron el ensayo por diversas razones. Las 48 que lo completaron recibieron 40 sesiones, cinco días a la semana a lo largo de dos meses. Los tratamientos de 90 minutos expusieron a las pacientes a oxígeno puro, a una presión dos veces superior a la atmosférica.
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